Ósmosis: Identificación y solución

Ósmosis: Identificación y solución

La ósmosis es uno de los problemas más graves que puede afectar un casco de fibra de vidrio. Jordi Maseras nos explica que es la ósmosis, cómo identificarla y qué hacer para eliminarla.

ósmosis casco afectado

El mal estado de este casco es evidente. Entre las distintas capas de antifouling se pueden apreciar las “burbujas” que evidencian la clara aparición de la ósmosis. Foto: Jordi Maseras.

A mediados de la década de los años 60 empezó a generalizarse la utilización de resinas de poliéster reforzadas con fibra de vidrio (PRFV) de forma masiva para la fabricación de cascos de embarcaciones deportivas y de recreo. El poliéster es un material plástico anticorrosivo, al contrario del acero y otros metales, o como la madera que puede ser afectada por la putrefacción. Al ser resistente a la radiación solar y fácil de moldear, su uso se extendió rápidamente pensando que era un material indestructible. Al cabo del tiempo, desgraciadamente, se descubrió que el poliéster también está expuesto al deterioro, perdiendo sus propiedades estéticas en su exposición a la intemperie y, lo que es más grave, con la posibilidad de sufrir ósmosis cuando se encuentra sumergido en el agua.

Años más tarde se observó que los cascos de poliéster absorbían agua en proporciones que oscilaban entre un 3 y un 4% de su peso inicial y, que cuando el porcentaje era superior al 1,5% aparecían por debajo de la capa de gel-coat abundantes ampollas llenas de un líquido ácido apareciendo la palabra ósmosis que pronto se convirtió en una palabra maldita. Cada vez que un barco salía del agua, su armador tenía el corazón en un puño hasta comprobar que su casco, aunque sucio, estaba sano. En la actualidad este fenómeno se ha desmitificado, se sabe como combatirlo y como solucionarlo. Hace falta simplemente identificar el mal a tiempo y seguir atentamente su evolución para poder intervenir en el momento oportuno.

ósmosis casco

Si cada tres o cuatro años no decapamos las capas de antifouling, éstas pueden llegar a enmascarar los primeros indicios de la aparición de la ósmosis. Foto: Jordi Maseras.

La ósmosis se produce a causa de la filtración del agua a través del gel-coat y la resina, que tienen una capacidad de absorción distinta y que no tiene consecuencias si el casco se seca regularmente. En los barcos de PRFV la capa externa del gel-coat tiene la función de proteger el laminado de agentes externos, pero ésta, en ocasiones, actúa como una membrana semipermeable que permite el paso del agua hacia el interior del laminado, pero no permite este tránsito en sentido contrario. A medida que el agua va penetrando en el casco, reacciona con algunos de los componentes del laminado. De esta forma se crean pequeñas áreas en las que hay una alta concentración de mezcla de sustancias químicas la cual es más fuerte que cualquier otra concentración exterior del casco, como puede ser el agua de mar. Esto obliga a cada célula a ejercer una gran fuerza osmótica, que hace que penetre más agua del exterior en el casco, en un intento por reducir la concentración de sustancias químicas. Ello provoca que suba la presión dentro del casco, ya que entra más agua de la que puede contener en ausencia de expansión. La resina y los tejidos de fibra de vidrio y mat pierden progresivamente su homogeneidad y las distintas capas dejan de ser solidarias entre ellas, alterando gravemente las propiedades mecánicas del casco. De todas formas no hay que asustarse, ya que para llegar a estos extremos hacen falta muchos años y no es corriente ver un casco que haya llegado a tal estado.

casco con ósmosis

Después de eliminar todo el gel-coat, habrá que sanear todas las ”burbujas” vaciándolas de ácido. Foto: Jordi Maseras.

Para evitar que aparezca la ósmosis, o que se propague, hay que impedir que penetre la humedad en el estratificado, cosa que se consigue con la utilización de resinas y gel-coats con alta capacidad de impermeabilización, como por ejemplo las resinas de poliéster isoftálicas y epoxys.

Para un tratamiento de cura y prevención, el primer paso es realizar un chorreo de arena a la obra viva en dos fases: en la primera se eliminará la totalidad del antifouling hasta dejar al descubierto el gel-coat y, a continuación, realizaremos un lavado con agua de toda la zona chorreada; una vez seca, procederemos a la segunda fase que consiste en eliminar toda la capa de gel-coat y las áreas de estratificado que estén en mal estado. Tras el chorreo se tienen que realizar lavados periódicos con agua a presión para disolver todos los productos químicos generados por el fenómeno osmótico. También tendremos que llevar a cabo un control exhaustivo de los niveles de humedad y temperatura del interior y exterior del casco para optimizar y acelerar el secado general.

ósmosis Maquina pequeña

Algunos armadores optan por reparar solo las zonas afectadas. Foto: Jordi Maseras.

Semanalmente realizaremos comprobaciones de la humedad relativa contenida en el casco hasta llegar a los valores óptimos para iniciar el tratamiento. Es difícil dar un plazo exacto para asegurar el secado de un casco, pues depende del grado de humedad alcanzado, del clima de la zona y de muchos otros factores variables. Una vez seco el casco se aplicarán dos capas de imprimación con alto contenido en resina epoxy y de espesor elevado. Algunos profesionales recomiendan que la segunda capa sea de color distinto para tener un mayor control de los espesores aplicados (cada una de las capas tiene que rondar las 150 micras de espesor). Una vez realizado este proceso se aplicará una imprimación epoxy específica para asegurar un agarre perfecto del antifouling, quedando el barco saneado para varios lustros.

 

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